Ismael Cabezas nace en La Línea (Cádiz) en 1969. Es Graduado Social por la Universidad de Granada. Actualmente realiza estudios de Antropología Social y Cultural en la UNED. Ha publicado los siguientes libros de poemas: La herencia bastarda de los días (La Línea, Ayuntamiento, 1999), Breve tratado de melancolía (Aula de Literatura “José Cadalso”, San Roque, 2001), Premio “Arte Joven de Poesía 2001”, Ayuntamiento de Madrid, En mitad de ninguna parte (Madrid, Ayuntamiento, 2002), accésit al Premio “Arte Joven Creación Literaria 2002”, Ayuntamiento de Madrid y El otoño del solitario (Editorial “Corona del Sur”, Málaga, 2003). Parte de su obra ha sido recogida en antologías como Jóvenes poetas del Campo de Gibraltar (Aula de Literatura “José Cadalso”, San Roque, 1999) y Cónclave de náufragos (Universidad de Cádiz, 2000). Se han realizado acercamientos críticos a su obra en Signos sobre la ceniza (Autores y libros en el comienzo de siglo) de Juan Manuel González (Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, 2002). Su último libro de poemas es Paisaje para un ciego (Fundación “Luis Ortega Brú, San Roque, 2008). Es miembro del Instituto de Estudios Campogibraltareños.
POÉTICA: Observar la realidad exterior e interior, como se imbrican ambas. Reflexionar. Y llegado un momento, sin saber exactamente cómo, se decanta el poema. La imagen. La palabra exacta. Los lirios podridos.
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Una de las formas de la tristeza
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Abandonaste el colegio a los 12 años
y jamás has leído un poema,
ni echas un vistazo
al gris periódico grasiento
que yace arrugado en cualquier rincón,
-apenas vas siquiera al cine-
ni tienes aparato de radio
en tu habitación alquilada
del Hamilton Motel,
sólo sirves ginebra a vejestorios
borrachos que murmuran obscenidades,
y tu cuerpo delgado, de piel tal vez
en exceso blanquecina, se desliza ágil
entre las mesas, pisando el sucio serrín
húmedo de saliva de moribundo,
un reflejo de turbias aguas de pantano
tus ojos verdes que se deslizan
entre los vasos a medio acabar y las colillas
mal apagadas,
recuerdas a aquel personaje
que volvía loco a Bandini
en algunas novelas de Fante,
pero hay noches, en las oscuras
y torvas entrañas de la madrugada,
cuando apenas queda algún cliente
sentado en viejas sillas de mala madera,
que pago unas cuantas de tus copas de bourbon
y fumamos del mismo cigarrillo
y te hablo de un tipo griego que escribía
poemas sobre el paso del tiempo
Atenas y la belleza de los cuerpos jóvenes,
y tú me dices que una vez intentaste
abrirte las venas pero en vez de sangre
manaban tus muñecas sucios diamantes negros,
que tienes veinte años y te acuestas con cualquiera
y que la vida te parece algo extraño
como un pájaro con un ala rota
que sabe que jamás volverá a volar,
y te digo que hay franchutes
que llaman a eso angustia existencial,
pero que tan sólo son palabras en un libro,
y los libros, ya se sabe, de nada sirven
cuando un pájaro no puede volar.
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Poética
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xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxentre tantos fantasmas, y tan solo.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxJuan Cobos Wilkins
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xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxDeja que los demás discutan acerca de mi dolor
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxmi dolor es ahora de dominio público.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxMalcom Lowry
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Hombres que regresan con la camisa sudada
a una habitación de alquiler donde nadie les espera
y tras la voz automática y el breve sonido de la señal
sólo aguarda una vez más el horror del silencio,
lágrimas de una delgada chica adolescente
que espera sentada en una incómoda silla
de plástico blanco vencida por el peso
de tantos que esperaron antes igual que ella,
iluminada por la luz mortecina de la muerte,
esa luz tan blanca de los hospitales y los tanatorios,
la madre con ropas de domingo que visita
al hijo que ha sido derrotado por la vida
besado por sucios y fríos labios de plata,
se sienta en el borde de la cama
y pasa sus suaves dedos por el negro cabello espeso,
oscuro como la más antigua melancolía,
el cigarrillo que la camarera enciende
tras el último turno en la madrugada de febrero
antes de subir a su vieja motocicleta,
la soga deshecha de los ahorcados
como una negra amapola que ha sido deshojada,
los ajados y amarillentos cuadernos
olvidados en un viejo cajón que ya nadie abre
donde trazaste tus primeras letras
y escribiste por vez primera tu nombre,
esos maderos podridos
en las aguas negras de la noche,
son las palabras, la poesía.
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El viejo tópico
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xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxLas chicas ya son viejas o están muertas
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxJoan Margarit
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A la edad de cuarenta años
se descubren entre otras muchas cosas
que no había belleza alguna en ser maldito,
aquellas chicas con cicatrices en las muñecas
que quemaban sus pálidos brazos
con sucias colillas de desconocidos,
y esnifaban tambaleantes en cualquier servicio
de una gasolinera de paso a las diez de la mañana
amplias y copiosas rayas de coca
con las bragas húmedas de flujo y orina,
aquellas que nos parecían ángeles rebeldes de Milton,
sólo eran dueñas de una extraña melancolía
y sus rostros acababan asemejándose
a las máscaras de Ensor cuando la luz
del día empezaba a brillar de nuevo,
aquellas chicas puede que ahora
trabajen como contables
y vistan trajes oscuros de suaves telas,
divorciadas y solas con un hijo
al que apenas logran ver
y el tiempo haya sajado su mirada
con un pálido y turbio reflejo
como podrida agua estancada,
y qué decir de nosotros que gritábamos
versos de Leopoldo María Panero
ante la última botella vacía de absenta
y nuestras venas eran extraños hilos
de un laberinto cárdeno y purulento,
queriendo morir en París sobre vómitos,
dilapidando nuestros escasos ingresos
en telas de encaje y viejos anillos de plata,
nosotros, sí nosotros, que escribíamos
versos de Baudelaire con sangre
de heridas que volvíamos a abrir
una y otra vez sobre las paredes
de mármol de las sucursales bancarias,
ahora el tiempo resbala frío en el pecho
sentados en oscuras oficinas de algún ministerio,
ajustando balances y finalizando auditorías
cuando la medianoche está ya cercana,
y todo aquello fue la más burda farsa,
una treta idiota para engañar a la vida
que tan sólo sirvió para hacernos llorar
cuando se acercan los primeros días de invierno
y a solas apagas la luz, y es la muerte
quien nos sirve ahora la última copa.
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Boca de metro
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When I was just a baby my mama told me. Son,always be a good boy, don´t ever play with guns.But I shot a man in Reno just to watch him die.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxJohnny Cash

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xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPara Alicia López
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A veces tienes los ojos de un perro perdido
en mitad de la noche que aguarda la muerte,
o la sonrisa de un tipo con nariz rota
que abre un cartón de vino barato con los dientes,
tomas demasiadas pastillas para dormir
aunque sabes que no sirven de nada,
y enciendes un cigarrillo en medio de la madrugada
y observas pájaros que beben agua sucia
que sale de los tubos de aire acondicionado,
y tu madre pasea con el traje de los domingos
por la calle principal de una vieja ciudad de provincias,
se sienta a horcajadas en aquella moto
donde tu padre ahora sonríe para siempre,
y has buscado el amor con cualquiera
que hubiera leído In cold blood
y dijese alguna palabra hermosa
en el vaho de la tiniebla de noviembre,
cualquiera que te dijese que tus ojos
eran de un extraño jade, tus labios
el más preciado rubí guardado
durante décadas en una caja de plata,
y te daba igual que todo fuesen mentiras
como huesos podridos que desgarran
la tierra llenos de inmundicia y carne seca,
palabras gastadas como los ojos de un ciego,
seguías quemando en silencio colillas
en tus brazos encerrada en el baño,
y llorabas, llorabas como si fueses
la primera mujer que lloró en el mundo.
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Invierno
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Ahora que el invierno se acerca
en la soledad de las frías calles
donde antes caminaba la belleza,
la piel tersa objeto de deseo,
y la tiniebla aguarda tras los cristales
dormidos en silencio,
ahora que el invierno se acerca,
pocas cosas pido a la fortuna,
algo de frugal alimento
y un lecho no demasiado viejo
donde pueda descansar mi cuerpo ya cansado,
unas raídas ropas que envuelvan
mi carne débil y salven
del feroz viento y la lluvia moribunda,
unos cuantos libros de poemas
y un antiguo tocadiscos donde poder escuchar
the food that i´m eating is suddenly tasteless,
y si es en extremo generosa
un cuerpo de mujer que poder
abrazar en medio de la madrugada
y mantener así alejados de mi puerta
el dolor y la muerte.
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